Aunque del tabaco se conocen más sus efectos negativos en la salud que los positivos, sus propiedades medicinales son ancestrales y tiene, además, múltiples usos en otras áreas.

Cuando escuchamos la palabra tabaco, la primera imagen que nos viene a la cabeza es cigarro puro, o tal vez un cigarrillo o una pipa, y raramente las barrocas cajitas de polvo de tabaco para aspirar o rapé. Puede que también recordemos las advertencias de las autoridades sanitarias, pues existe un consenso científico mundial sobre la evidencia de que fumar conlleva riesgos para la salud. Sin embargo, la planta del tabaco hace honor a la denominación de panacea autárquica que recibió a su llegada al Viejo Continente y cuenta con múltiples e insospechadas aplicaciones.

La tradición de emplear el tabaco como planta medicinal ha estado muy extendida en América desde tiempos remotos. Los aztecas mezclaban la hoja con cal, abrían los tumores en forma de cruz, y aplicaban esa mezcla.

Actualmente el tabaco tiene algunos usos médicos a nivel digestivo, analgésico y dermatológico.

También posee propiedades naturales que lo hicieron factible como componente para insecticida, ácido cítrico, papel a partir de los tallos del tabaco, aceites industriales, proteínas comestibles y paneles decorativos. Una de las tendencias que está marcando una etapa en sus múltiples usos es la melange gourmet, producto de los sabores intensos y exóticos del tabaco que lo hacen muy adaptable a las modalidades de las nuevas corrientes culinarias.

“La excelente calidad del tabaco salteño hace que sea muy bien recibido en nuevos mercados por sus diferentes usos y propiedades, Salta es una zona que es muy amigable para la prolífica producción tabacalera, sólo nos resta investigar esos nuevos modos de consumo”